domingo, 11 de diciembre de 2011

Los renglones torcidos de Dios.

"Dicen, que de todos los animales de la creación, el hombre es el único que bebe sin tener sed, come sin tener hambre, y habla sin tener nada que decir. Por eso, es mejor forjar el alma que amueblarla, es el fin del camino, es Finisterra".
Así comienza Finisterra, disco que el grupo español de Folk-Metal "Mägo de Oz" editó en el año 2000 y que porta el tema que hoy trataremos. Dicho disco, quizás uno de los mejores de la banda, narra la historia de un sombrío personaje que decide hacer el Camino de Santiago, allá por el S.XVII, y que no es más que Astaroth, enviado de Satán para hacer un pacto con el propio Dios, para esclavizar a la humanidad en una industrialización global; tanto que en el S.XXI se levanta una Tercera Guerra Mundial. El disco, ambientado entre una sociedad (no tan) futura sobre-industrializada, y la España antigua, sirve al grupo para realizar una dura crítica a la sociedad, así como para dotarlo de toques celtas y leyendas gallegas.
La canción elegida es un tema que a priori pasa bastante desapercibido de su extensa discografía, y que nunca a tenido una repercusión extraordinaria; sin embargo, ha llegado a convertirse en la que quizás sea mi favorita, no solo por su musicalidad, sino por su extraordinaria composición literaria. El título "Los renglones torcidos de Dios" hace referencia a la novela escrita por Torcuato Luca de Tena en 1979 (novela que por cierto recomiendo completamente), llamando así a la gente que padece de locura.
Sin más dilación he aquí la letra escrita por uno de los mejores compositores de este país: Txus Di Fellatio.

Igual que ayer llovía tristeza
como estrella fugaz,
que muere discreta, efímera,
sin dejar rastro al marchar.

Hoy la mañana tiene la tontería
y la mirada del Sol.
Está cansina, legañosa y hastía;
despliega sus rayos con sopor.

Estorba la mañana a quien
no es capaz de comprender
que tres y seis no son diez,
que es quien es y no quien cree.

Ahogar la locura es como intentar
tapar y ocultar con un dedo el Sol.
Parir pensamientos es como vaciar
sólo con mis manos el mar.

Vivo dentro de esta jaula de huesos.
Mi mente un día echó a volar
más allá del país de las maravillas.
Alicia un día le oyó preguntar.

Por el camino hacia la tierra de Oz,
en busca de lucidez y razón.
Salir de su celda, que es para él la realidad
dar con la llave oculta en su interior.

Pues yo quiero desnudar mi alma de tinieblas ya.
Pues yo quiero despertar y saber por qué amar.

Ahogar la locura es como intentar
tapar y ocultar con un dedo el Sol.
Parir pensamientos es como vaciar
sólo con mis manos el mar.

(Dame la paz) Y te alzaré un templo.
(Hazles callar) Hay voces aquí.
(Dame la paz) Pues busco y no encuentro
el camino de vuelta a vivir.




Hay mucho que decir de dicha composición. Se trata de los pensamientos de un loco, pero esta visión de locura pasa de ser tratada como una enfermedad a verse como algo innato a la persona. Pasemos a su análisis.

La canción empieza con una bella metáfora "llovía tristeza como estrella fugaz", para denotar, desde un primer momento, su estado de ánimo; y continuando con esa referencia a la lluvia, para hablar de su estado "muere (...) sin dejar rastro al marchar". Se siente pequeño, diminuto, invisible, si desapareciese nadie lamentaría su marcha. Seguidamente la personificación de su alma con el día es impecable, diciendo que es el sol el que despliega sus rayos con sopor, cuando es él mismo el que se siente pesado; marcando a su vez, una antítesis entre el ayer (lleno de tristeza) y el hoy (hastío y cansino).

La siguiente estrofa comienza con una frase que observar: "Estorba la mañana a quien...", es decir, él mismo; y acaba con una frase todavía mejor: "...qué es quién es y no quien cree". Y es cierto, ¿Cuántas cosas idealizamos tanto en nuestras vidas que las creemos de una forma, cuando en realidad, son de otra. Y es aquí donde disimuladamente el autor comienza su crítica a la religión (habitual en su obra). Y tras esta introducción llega un estribillo compuesto de dos bellas comparaciones sobre la locura.

La composición vuelve a comenzar con la que, a mi juicio, es la mejor frase de esta obra por su simbolismo tal, que casi alcanza la metonimia "Vivo dentro de esta jaula de huesos, mi mente un día echó a volar". Nada más que decir de ella, sobran las palabras. De este modo, introduce dos referencias literarias como son "Alicia en el País de las Maravillas" y "Mago de Oz", o lo que es lo mismo, una obra surrealista, que habla de sinsentidos; y otra que es el eterno camino hacia la felicidad, reflejando así la locura a base de referencias artísticas. Luego llegan los deseos, qué es lo que quiere en ese camino de baldosas amarillas, el camino de Oz del que habla.

Para finalizar, aparece la dura crítica a la iglesia, pues aprovecha la "locura humana" para hacer su negocio, dando respuestas a sus preguntas, pero es lo que se dijo antes: ¿Es quién es o quién crees?

Espero que les haya gustado, gracias por su atención.

Starchaser

2 comentarios:

  1. También es una de mis favoritas. ¿Y tu eres de ciencias? Me encanta el análisis.
    alicantropa

    ResponderEliminar
  2. Hola Alicantropa, pues sí, como tu bien sabes soy de ciencias, pero eso no quita el amor por la literatura =)
    Muchas gracias.

    ResponderEliminar